viernes, 25 de julio de 2014

Los dibujos de los niños

¿Te has preguntado como se expresa un niño al dibujar? ¿Te has preguntado qué indican los personajes que pinta? ¿Y los tamaños? ¿Y las ubicaciones?

Pues mira, y verás!


TAMAÑO DEL DIBUJO

Grande: si sobrepasa los 2/3 del espacio disponible

Normal: normal
Pequeño: cuando no rebasa una cuarta parte del espacio disponible

Se proyecta la vivencia de la relación dinámica entre el individuo y el ambiente y, más concretamente, entre el individuo y sus figuras parentales. La forma de responder a las presiones ambientales y el sentimiento de autoestima, son también características bien reflejadas en esta variable.


Dibujos grandes: personas que reaccionan habitualmente a las presiones ambientales con actitud agresiva y expansiva. Si son demasiado grandes, tendiendo a presionar los bordes de la página, denotan “sentimientos de constricción ambiental, acompañados de acciones o fantasías sobre compensatorias”. El orgullo o vanidad, el deseo de superar los sentimientos de inferioridad, la necesidad de demostrar algo, ..., podrían ser otras tantas características anejas a este tipo de representaciones gráficas.


Dibujos pequeños: se asocian a una autoimagen de la persona insuficiente, a sentimientos de inferioridad, a formas auto controladas de responder a las presiones ambientales, y a retraimiento.


EMPLAZAMIENTO DEL DIBUJO


Arriba puede representar el mundo de las ideas, la fantasía, y lo espiritual

Abajo significa lo sólido, lo firme, y lo concreto
Centro puede representar la zona del corazón, de los afectos, y de la sensibilidad
Los dibujos situados en la zona inferior del eje vertical parecen revelar un mayor contacto con la realidad y corresponden a sujetos más firmemente arraigados. Según esto, el emplazamiento en la zona inferior del papel correspondería a sujetos más maduros. Con todo, si los dibujos llegan al borde final de la página, parece que reflejan tendencias represivas, inseguridad, necesidad de apoyo, y dependencia exagerada.

En el caso de la ubicación en la zona superior de la página, especialmente si el tamaño global del dibujo es pequeño y queda desplazado hacia el lado izquierdo, parece que existe una tendencia regresiva, ya que los estudios normativos realizados tienden a demostrar la existencia de una correlación negativa entre la edad y el uso preferencial de esta zona.


La ubicación en la parte central de la página, si el tamaño del dibujo es normal, indica seguridad; pero si este emplazamiento central corresponde a un dibujo pequeño, es indicio de una vivencia de prohibición de la expansión vital sobre el mundo ambiente.


Para interpretar según número de miembros de la familia acudir a la página 33 del libro


SOMBREADO


Las hipótesis que parecen mejor establecidas presuponen que el sombreado en cualquier cantidad es un índice de ansiedad, y que, si es intenso (en tal caso va acompañado de un trazo vigoroso y fuerte), refleja una descarga de la agresividad.


LOS BORRADOS


Al igual que los sombreados, los borrados parecen ser indicadores importantes de conflictos emocionales.


LA DISTANCIA ENTRE PERSONAJES


Dibujos en estratos


En el dibujo de la propia familia, la representación de los personajes en planos diferentes refleja en algún grado falta de comunicación, a no ser que los distintos planos se justifiquen por la presencia de un elevado número de personajes, que no pueden ser yuxtapuestos por razones de espacio, como en el caso de las familias muy numerosas.


La distancia emocional entre los distintos personajes de la propia familia se proyecta en numerosas ocasiones por la distancia física existente entre los mismos en los dibujos.


Incomunicación


La vivencia de la distancia emocional la llaman incomunicación, porque los personajes dibujados aparecen no sólo distanciados en el dibujo, sino también aislados. Cada unos ocupa una esquina del papel, tiene su propio espacio, o está absorto en una tarea individual. Los elementos de la familia no comparten nada, ni se observa ningún tipo de interacción o diálogo.


EL PADRE DIBUJADO EN PRIMER LUGAR


El niño dibuja en primer lugar al personaje que considera más importante, al que admira, envidia o teme.


LA MADRE DIBUJADA EN PRIMER LUGAR


La representación de la madre en primer lugar en los dibujos de niños refleja algún tipo de valoración, de identificación, o de dependencia.


UN HERMANO DIBUJADO EN PRIMER LUGAR


No es muy frecuente, y tal circunstancia parece ser un indicativo de conflictos emocionales de cierta importancia. Probablemente el hermano dibujado en primer lugar es a la vez admirado y envidiado, pudiendo ser a menudo el causante principal de las tensiones emocionales del sujeto que realiza este tipo de dibujos.


Por otra parte, empezar la representación de la propia familia dibujando un hermano puede proyectar también una cierta desvinculación afectiva de los padres, que en muchos casos aparecen desvalorizados y separados entre sí, quedando desmembrado y roto el parental.


SE DIBUJA PRIMERO A SI MISMO


Se dibujan generalmente en la parte izquierda de la página. Estos dibujos suelen ir acompañados de otros indicios de autovaloración, como tamaño más grande, mayor profusión de detalles, mayor tiempo dedicado a sí mismo que al resto de los personajes y, en general, mayor perfección.


Los problemas de egocentrismo guardan alguna relación con el nivel sociocultural de la familia, con el tamaño de la misma, con el lugar relativo dentro de la jerarquía de hermanos, y con el tamaño global de los dibujos.


EL PADRE DIBUJADO EN ÚLTIMO LUGAR



Una de las formas posibles de desvalorización de un personaje consiste en dibujarlo en último lugar, siempre que esto no quede justificado por el orden lógico derivado de la jerarquía familiar.

LA MADRE DIBUJADA EN ÚLTIMO LUGAR



Es poco frecuente.

SE DIBUJA ÚLTIMO A SÍ MISMO


El dibujarse a sí mismo en último lugar, no siendo hijo único o benjamín, debe interpretarse como un signo de desvalorización propia, y es, sin duda, de entre todas las características de desvalorización, una de las que pueden cuantificarse de una forma más objetiva.


SUPRESIÓN DE ALGÚN ELEMENTO DE LA FAMILIA



La supresión de algún elemento de la familia responde a un mecanismo de defensa consistente en negar una realidad que produce angustia. Ante el sentimiento de incapacidad de adaptarse a esa realidad, el sujeto reacciona negando su existencia. Podemos pensar que el niño que suprime a un elemento de la familia, de una forma inconsciente desea su eliminación. A este respecto debemos precisar, sin embrago, que los sentimientos del sujeto suelen ser en tales casos ambivalentes, pudiéndose apreciar frecuentemente la coexistencia del amor y del odio. Debido a los sentimientos de culpa que tal eliminación produce en el niño, este tiende a racionalizar su problema, como ocurre, por ejemplo, cuando en la entrevista nos indica que no ha tenido tiempo de dibujar cierto personaje, que no le ha cabido o, simplemente, que se le ha olvidado.

Eliminar a un elemento de la propia familia es la máxima expresión posible de desvalorización, e indicará siempre, por lo menos, problemas relacionales importantes.


En ciertas ocasiones la desvalorización se proyecta a través de una representación más pequeña, más imperfecta, con menos detalles, o distanciando el personaje desvalorizado del resto de elementos integrantes de la familia.


LA SUPRESIÓN DE LAS MANOS EN LOS DIBUJOS


La supresión de las manos en parte o en la totalidad de los personajes puede atribuirse (en niños de hasta 9 años) a la insuficiente capacidad analítica, dependiente del desarrollo intelectual.


LA SUPRESIÓN DE LOS RASGOS FACIALES EN LOS DIBUJOS


Es un indicativo más de desvalorización. Probablemente dicha supresión refleja algún tipo de perturbaciones en las relaciones interpersonales, ya que la cara es la parte más expresiva del cuerpo, y las facciones representan los aspectos sociales por excelencia.


LA ADICIÓN DE OTROS ELEMENTOS



Las adiciones más frecuentes consisten en dibujar uno o varios abuelos, primos, tíos, animales, o paisaje.


Los niños son seres puros, no contaminados culturalmente, ni socialmente, ni religiosamente, ni nada en la mente... Así pues, lo que transmiten es pura verdad. Lo tengo comprobado. Por ello, si quieres saber algo más de tu hijo y lo que piensa, por muy pequeño que sea, dile que te haga dibujos. Lo verás a él, y te verás a ti. Ya dije en el artículo de los colores del aura del pasado lunes, que si deseas, ellos te pintan espontáneamente el color de tu energía, es decir, el color del aura.

PD: la mejor manera de que un niño exprese, es que lo dejes solo en tu cuarto haciendo el dibujo... no influyas en él "pichita"!

El vagabundo espiritual

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